La nueva normativa de pesca que pretende aprobar la Junta de Castilla y León crea división y agravios entre las diferentes provincias de la Comunidad. La pesca sin muerte aviva la polémica entre los detractores que consideran que esta disposición conduce a la división entre pescadores y a las pérdidas económicas para un buen número de personas que viven de ello.

Con el articulado propuesto en la nueva ley, prevista para la próxima temporada, los pescadores de ninfa y sedal pesado tendrán que modificar sus maneras de pescar. Desde el Consejo de Pesca Autonómico la propuesta pasa por prohibir más de un señuelo en la pesca denominada cola de rata o sedal pesado y que todos los ríos de León en los tramos libres se queden sin muerte.

Ésta medida plantea la siguiente pregunta: ¿De dónde sacarán las truchas para repoblar tramos? Muchos aficionados a la pesca temen que la medida conlleve un trasfondo recaudatorio, por lo que no está exenta de las críticas.

Así las cosas, los pescadores foráneos que acuden a la provincia durante los meses de abril, mayo y junio, al no poder pescar con los tandem, intentarán ir a otros sitios. Las competiciones oficiales no podrán celebrarse en León, lo que aparejará un trastorno notable para el turismo derivado de estos eventos deportivos.

En el texto legislativo aparece como idónea la opción de que todos los tramos queden libres y sin muerte cuando la opción que los pescadores manejan con mayor aceptación es dejar los ríos de montaña sin muerte y los de media montaña con muerte, bajar cupos, subir medidas y una mayor vigilancia.

Otro de los contratiempos que advierte la nueva normativa afecta a los gallos de León, que podrían desaparecer con su normativa de pesca sin muerte. Este punto pone en peligro la historia y tradición porque son los pescadores tradicionales los que compran las plumas de los gallos.